

Día de Playa en Potrerillos
Una playa distinta, rodeada de montañas
Pasar un día de playa en Potrerillos es una mezcla rara y perfecta: la arena bajo los pies, la sombrilla clavada firme, el mate que va y viene, alfajores que se abren con las manos y, de fondo, las montañas cerrando el paisaje. Es una playa distinta, donde en vez de olas hay un lago quieto y turquesa, y el viento fresco baja directo de los cerros. Acá el plan es sencillo: buscar tu rincón, estirar la toalla y dejar que el sol y la montaña hagan el resto.


Un escenario natural que cambia cada hora
La costa del dique es un mirador en sí misma. A la mañana, la luz es suave y el agua parece un vidrio perfecto; al mediodía, los colores explotan y las montañas se recortan con fuerza; y al atardecer, el cielo se vuelve rosa y dorado. Es un plan ideal para quienes buscan desconectar, caminar descalzos por la orilla y disfrutar del aire fresco que baja desde la cordillera.


Miradores
Los tres miradores del dique son paradas obligadas para entender la magnitud de Potrerillos. Cada uno ofrece una vista distinta: el espejo turquesa del lago, el paredón imponente del dique y las montañas que se acomodan alrededor como un anfiteatro natural. Son lugares ideales para frenar un rato, tomar fotos, sentir el viento del valle y ver cómo cambia la luz a lo largo del día. Un paseo corto, fácil y perfecto para llevarse una postal inolvidable del lugar.
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